Cómo maridar platillos de Navidad para cenas memorables

En las cenas del último mes del año, cada platillo cuenta una historia y merece acompañarse con alguna bebida que eleve su sabor; por eso, te compartimos una guía esencial sobre cómo maridar platillos para que tus cenas navideñas y de Año Nuevo sean tan memorables como los encuentros que las rodean. ¡Dominar el arte del maridaje de platillos es clave para cualquier foodie!
Maridaje de entradas, la apertura perfecta

Las entradas, ya sean cremas, sopas, caldos o ensaladas, preparan el paladar para el plato fuerte y requieren maridajes ligeros, frescos y con buena acidez.
Cremas o sopas con cuerpo
Si la entrada es rica en lácteos (como una crema), un vino blanco con crianza ligera en barrica, como un chardonnay sin excesiva madera o un verdejo de alta gama, aportará estructura sin opacar la cremosidad.
Sopas aguadas o caldos estilo consomé
La delicadeza de los caldos exige vinos muy sutiles. Un jerez fino es una opción elegante que, aunque generosa, es fresca y seca, o bien un albariño muy joven y mineral.
Ensaladas
El vinagre de las vinagretas es el enemigo del vino. Busca blancos secos, de alta acidez, como un sauvignon blanc o un Vinho Verde portugués. Su frescura corta la grasa y compite amablemente con el toque ácido del aderezo.
Maridaje de platos fuertes, las estrellas de la cena

El pavo, el lomo de res, el cordero o el jamón glaseado son algunos ejemplos del corazón de la cena. Para maridar tus platillos principales, necesitamos vinos con estructura y taninos que limpien el paladar de la grasa y complementen la intensidad de las especias.
Pavo o pollo asado
El maridaje ideal es el pinot noir, considerado el “comodín” para las aves. Su acidez sutil corta la grasa y sus notas terrosas complementan bien los rellenos y las hierbas. Alternativamente, un vino blanco con crianza, como un chardonnay con paso por barrica, funciona de maravilla al complementar la mantequilla y el tostado de la piel.
Lomo de res, cerdo o cordero (carnes rojas)
Estos platillos de mayor intensidad requieren un vino tinto de gran cuerpo y taninos firmes, como un cabernet sauvignon, malbec, syrah/shiraz o un rioja reserva. La robustez de estos vinos se encuentra con la proteína de la carne, creando un equilibrio perfecto que limpia y refresca el paladar.
Bacalao o pescados grasos
En preparaciones ricas, con crema o salsas complejas, busca vinos blancos secos pero con cuerpo. Opciones como el verdejo, el albariño o un riesling seco tienen la acidez necesaria para equilibrar la riqueza del pescado y la salsa sin opacar su delicadeza.
Postres y brindis: el gran final

El maridaje de platillos dulces se rige por una regla simple pero fundamental para el foodie: el vino debe ser más dulce que el postre.
Postre de chocolate o de cacao intenso
Acompaña la densidad y el amargor del cacao con un vino de oporto tinto (ruby o tawny) o con un jerez. Sus notas a caramelo, frutos secos y cacao se funden en la intensidad del postre.
Postre ligero, con frutas o mousse
La mejor elección son los vinos que ofrecen dulzor y frescura para no sobrecargar el paladar, como un vino espumoso dulce o un vino de cosecha tardía (late harvest). La burbuja y la acidez de estas opciones eliminan el dulzor y preparan el paladar para el siguiente bocado.
Postres como tartas o pasteles
Para la riqueza de la masa horneada, un vino generoso ambarino (como un oporto tawny más ligero) o un espumoso seco con un toque de dulzor (como un demi-sec o sec) puede proporcionar un contrapunto refrescante y elevar los matices de las especias.
Brindis de Año Nuevo
El clásico por excelencia es el champán, la cava o el prosecco brut (seco). Estos espumosos, con su acidez refrescante, son el acompañamiento ideal para celebrar.
Cómo maridar platillos sin alcohol

Para quienes eligen disfrutar de la gastronomía sin vino, el maridaje de platillos sin alcohol no debe ser un sacrificio, sino una oportunidad creativa para replicar la función del vino: cortar la grasa, complementar los sabores o aportar un contraste refrescante.
Sustituto del vino tinto (para carnes rojas)
Prueba infusiones de frutos rojos o de cereza negra, servidas frías y muy poco endulzadas. Puede añadir un poco de té negro concentrado para simular la sensación de tanino (la ligera sequedad en la boca) que equilibra las carnes rojas y el cordero.
Sustituto del vino blanco (para aves y pescados)
Un té blanco o verde frío con un toque cítrico (limón, pomelo o lima) aporta la acidez y el cuerpo ligero necesarios para acompañar pavo, pollo o pescados.
Para postres y brindis
Las sidras de manzana espumosas naturales y sin alcohol, o un elegante jugo de uva blanca carbonatado, son excelentes alternativas. Una opción más sofisticada es el agua mineral infusionada con rodajas de pepino, romero y un toque de arándano, que aporta un matiz herbal y refrescante y combina bien con postres ligeros.
Te deseamos que tus celebraciones estén llenas de sabor y armonía. Recuerda que el mejor maridaje es el que más disfrutes tú y tus invitados. Con esta guía, cada bocado y cada sorbo de tus cenas se convertirá en una experiencia inolvidable.

Felices fiestas y ¡SALUD!



